13 de abril de 2020

Ex Libris: bibliotecas e inclusión social

Frederick Wiseman. Ex Libris: la Biblioteca Pública de Nueva York (2018)

El maravilloso documental Ex Libris: la Biblioteca Pública de Nueva York (disponible en Filmin) nos propone una amplia mirada a la actividad diaria de la NYPL y demuestra su imprescindible papel al servicio de la comunidad.

Todo creador sabe que las imágenes que selecciona y el orden en que las presenta favorecen cierta vía de interpretación. Sin embargo, su director, Frederick Wiseman, reduce todo lo posible esa inevitable influencia absteniéndose de añadir sus propias palabras a la de los protagonistas.

 Al dar la misma importancia a las voces de directivos, profesionales, usuarios, público y ponentes -al fijar por igual la cámara en todos  los rostros y reacciones- es coherente con una de sus ideas clave: quienes dan sentido a las bibliotecas son las personas. Los materiales que guardan, los recursos que facilitan y las actividades que ofrecen son útiles y significativos solo cuando cualquier miembro de la comunidad puede acceder a ellos para adquirir conocimientos, comunicarse o enriquecer su ocio.

Estoy seguro de que 'Ex Libris' sugerirá reflexiones muy distintas a cada espectador, según su propia biografía, intereses y relación previa con las bibliotecas. En este sentido, el documental es una fuente casi inagotable de ideas. En mi caso, me quedo con:

1. La confirmación de que las bibliotecas son un espacio fundamental para reducir las diferencias socioeconómicas y favorecer la igualdad de oportunidades, gracias a su potencial para detectar y adecuarse a las necesidades de cada barrio y colectivo.
Pueden, si cuentan con los recursos adecuados, facilitar apoyo educativo y medidas de inclusión digital para todas las edades (formación, asesoramiento directo, préstamo de equipos); generar espacios de encuentro, ocio, participación comunitaria y reflexión política; proponer actividades culturales gratuitas y de libre acceso (conciertos, encuentros con autores); atender eficazmente la diversidad y colaborar con el sector educativo y las entidades activas en el ámbito de la intervención social y el desarrollo local.


2. El potencial de combinar financiación pública (la NYPL compite junto con otras entidades por fondos municipales) y privada, sin perder de vista que se trata de lograr los objetivos definidos por el personal técnico de la propia institución, no por quienes aportan el dinero. Eso exige un esfuerzo por clarificar sus fines y comunicarlos de forma eficaz, haciendo consciente a toda la sociedad de su importancia.

3. El imprescindible papel de las personas en la selección de contenidos significativos y de calidad. Los algoritmos informáticos son solo herramientas al servicio de lo humano, no sustitutos.

4. Lo más importante de todo: muchas bibliotecas de nuestro entorno ya desarrollan, en la medida de sus posibilidades (dotación económica y de personal), propuestas similares. Por ejemplo, las bibliotecas públicas de Pamplona-Yamaguchi, Noáin, de Navarra o la de Civican. Merecen reconocimiento y demuestran que el modelo neoyorquino puede también aplicarse aquí para contribuir a mejorar la calidad de vida de toda la población.


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