8 de febrero de 2011

Perspectiva

A través de ValeDeOro, llego a una interesante aplicación en Giving What We Can: una calculadora que muestra en qué tramo de la población mundial nos encontramos según nuestros ingresos.

Mi primera reacción al ver el resultado es un "sí, pero" muy formal y científico: los precios son diferentes, no es un dato válido porque deben compararse realidades económicas similares, etc.

Cuando descubro que, en parte, ya lo han tenido en cuenta gracias al ratio de paridad del poder adquisitivo, pienso: es que aquí dedicamos un porcentaje muy alto del salario a la vivienda, a mí me lo vas a decir...
De poco sirve. Ya titubeante, remato mi argumentación con un débil "pues, de todas formas, no me luce mucho".

Por debajo, una idea mucho más real: la sorpresa de descubrir que, hasta ahora, no me había visto como una de las personas más ricas del planeta. Un nuevo punto de vista, lúcido e incómodo...

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